Ejercitarnos trae todo tipo de beneficios a nuestra vida, físicos, estéticos, incluso influye en nuestros estados anímicos y, algo más sorprendentes aun y que muchos desconocen, tiene efectos positivos en nuestro desarrollo intelectual.
Este es solo otro de los tantos motivos para comenzar a considerar el ejercicio en nuestra vida. Es importante y mucho más funcional si inculcamos el habito de practicar deportes desde la infancia, pues además de ayudar el en crecimiento del niño, ahora vemos que puede contribuir notablemente en la formación y desarrollo de su intelecto y en su rendimiento escolar.
Como el ejercicio influye en el rendimiento escolar
Erróneamente se pensaba y algunos aun lo sostienen, que el trabajo muscular llevaba al agotamiento y por ello, una persona cansada no era capaz de rendir intelectualmente. Estudios recientes han demostrado que la actividad intensa muscular no afecta en absoluto la labor intelectual, ni la mejora ni la demerita. Sin embargo durante las investigaciones se demostró que la movilidad, la actividad motriz y el equilibrio en la respiración conllevan una mejoría notable en la concentración.
Los efectos de una buena respiración y una actividad balanceada y regular contribuyen a garantizar el éxito académico. Aumenta nuestra capacidad de concentración y por tanto somos capaces de llevar a acabo nuestras tareas laborales o académicas con mejor nivel.
Cambios para mejorar nuestro rendimiento
Como explicábamos anteriormente lo ideal es incorporar el hábito del deporte desde pequeños para así desarrollar esta capacidad desde la infancia. Por ello las escuelas incluyen en sus programas de estudios el deporte y educación física para potenciar esto en sus alumnos. Pero nunca es tarde para incorporar a nuestra vida elementos y costumbres que nos ayuden a mejorar.
Empezar por incluir pequeñas y simples rutinas de ejercicios en nuestros días puede ser el primer paso para recibir cambios radicales en nuestro desempeño profesional o escolar.