Los deportes acuáticos son excelentes para combinar diversión y beneficios para la salud. Y es que durante la etapa estival acudimos a playas y lagos para refrescarnos y compartir con la familia. A veces sin darnos cuenta estamos ejercitando nuestro cuerpo mientras disfrutamos.
Practicar un deporte acuático, siempre aporta beneficios a la salud humana, por lo que es posible desarrollarlos tanto si se posee experiencia o no; claro debes estar asesorado por un profesional.
De manera general, los deportes acuáticos mejoran el sistema cardiovascular tonifica los músculos debido a la gran intensidad que suponen, aún superior a la de los ejercicios que se ejecutan en tierra.
Asimismo, estas prácticas favorecen la resistencia a la fatiga, el equilibrio y agilidad, retrasa los signos de envejecimiento, reduce los niveles de glucosa y la presión arterial.
ALGUNOS DEPORTES
Relajante y provechoso es el submarinismo, un deporte en el que aunque no lo parezca se ejecutan movimientos complejos con las piernas, brazos, y la espalda.
Por su parte, la vela es un buen deporte para potenciar el trabajo en equipo y precisa de aprender a coordinar los movimientos y trabajar la zona media y el tren superior.
El surf también goza de gran aceptación, sobre todo entre los jóvenes. Esta práctica combina el ejercicio aeróbico con tonificación. Mientras la persona rema no solo quema calorías, sino que mejora su funcionamiento cardiorrespiratorio y tonifica con rapidez los músculos, sobre todos los de las piernas y los brazos.
Si quieres un deporte divertido, lleno de aventura y perfecto para disfrutar de la naturaleza en estado puro, el rafting es el deporte que debes practicar. Hemos pedido a nuestros amigos de Rafting10.com que nos den su opinión de lo que el rafting puede aportar a nuestra mejoría física, y esto es lo que nos han contado.
“Practicando rafting entraremos en contacto directo con la naturaleza, algo que hará que liberemos tensiones del día a día en la ciudad, y olvidemos el estrés del trabajo. Físicamente, nos ayuda a mejorar la tonificación de los brazos, la agilidad en piernas y brazos, realizamos trabajo abdominal, y ganamos estabilidad y equilibrio.”
Otro deporte muy practicado es la natación, el cual pueden realizar las personas de todas las edades, siempre que consulten con un médico. La natación, al igual que el resto de los deportes que se ejecutan dentro del agua, reduce la tensión de los huesos y las articulaciones.
Cuando se nada se fortalece la resistencia cardiopulmonar y se estimula la circulación sanguínea. Por tales motivos, se disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. De igual forma, se fortalecen los tejidos articulares y se mejora la postura corporal y la flexibilidad.
No se recomiendan los deportes acuáticos para individuos con infecciones agudas como la tuberculosis, que hayan sufrido un infarto al miocardio reciente, insuficiencia cardiaca descompensada, arritmias malignas, insuficiencia respiratoria, hipertensión pulmonar, hernias grandes no operables, y epilepsia.